Los días internacionales nos ayudan a reflexionar sobre temas importantes y poner en agenda a nivel global algunas discusiones que a veces quedan olvidadas. Este mes le ha tocado a los bosques. En 2012, la Asamblea General de las Naciones Unidas proclamó el 21 de marzo como Día Internacional de los Bosques, siendo 2013 el primer año en celebrarlo oficialmente. Los organizadores oficiales son el Foro de las Naciones Unidas para los Bosques, en colaboración con la Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura (FAO), así como la Asociación de Colaboración en materia de Bosques, entre otras entidades y agrupaciones.
Los bosques cumplen un papel protagónico e indispensable en nuestra vida cotidiana. Estos son clave para combatir el cambio climático, por lo que contribuyen significativamente al beneficio de las generaciones presentes y futuras. Es preciso recordar que también ejercen un papel fundamental en la erradicación de la pobreza y el logro de metas de desarrollo convenidos internacionalmente, incluidos los Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS). Pero, pese a los increíbles beneficios ecológicos, económicos y sociales que nos brindan los bosques, la deforestación continúa a un ritmo sin precedentes.
Ante la destrucción masiva de millones de hectáreas de árboles que se está llevando a cabo en diferentes latitudes, este año el lema es: “Bosques: consumo y producción sostenibles”. De este modo, se alienta a los países a adoptar iniciativas en el plano local, nacional e internacional para la organización de actividades relacionadas con los bosques y los árboles, como, por ejemplo, campañas de plantación.
No cuidar el planeta tiene graves consecuencias para nuestra generación y las venideras. La pérdida y la degradación de los bosques generan grandes cantidades de gases que contribuyen en gran medida al calentamiento global. Por lo tanto, la restauración y la gestión sostenible de los bosques ayudan a afrontar esta doble crisis: del clima y de la biodiversidad. Además, estas actividades generan bienes y servicios necesarios para el desarrollo sostenible.
La madera ayuda a proveer alimentos y agua libres de bacterias en muchas cocinas, construir infinidad de muebles y utensilios, reemplazar materiales tan dañinos como el plástico, tejer nuevas fibras para nuestra ropa y, a través de la tecnología, formar parte del ámbito de la medicina o la carrera espacial. Pero, además, los bosques trabajan silenciosamente, en un segundo plano, limpiando en secreto nuestras aguas, filtrando nuestro aire y protegiéndonos del cambio climático. Asimismo, brindan alimentos, medicinas y combustible a quienes no podrían tener acceso a estos recursos por ningún otro medio. Albergan más de las tres cuartas partes de la biodiversidad terrestre del mundo y son el hogar de muchas de las personas más pobres del planeta. Además de las invaluables funciones arriba detalladas, la FAO detalló siete puntos clave por los cuales proteger los bosques debiera ser prioritario. Es por ello, que resulta vital consumir y producir maderas de una manera más amigable con el medio ambiente por el planeta y sus habitantes.
1. Brindan alimentos
2. Sustento vital
3. Fuente de agua
4. Energía
5. Lucha contra el cambio climático
6. Sumideros de carbono
7. Protegen la salud
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